lunes, 31 de enero de 2011

Jóvenes cualificados… y emigrantes

Leo hoy un artículo en El País titulado "Vente a Alemania, ingeniero Pepe". (http://tinyurl.com/4b72kw4).

El punto de partida del artículo es que Angela Merkel, la canciller alemana, ha dicho que tiene "intención de contratar a jóvenes cualificados del sur y este de Europa para dar respuesta a las necesidades del mercado alemán". Según el mismo periódico, la canciller quiere hablar de ello con Rodríguez Zapatero durante la próxima cumbre hispano-germana, que se celebra en Madrid el próximo 3 de febrero.

Desde aquí puntualizo: primero, que Angela Merkel no contrata a nadie, si acaso lo hacen las empresas alemanas, si quieren. Y segundo, que con lo despacio que van las cosas de palacio, van listos los "jóvenes cualificados" si quieren encontrar una solución rápida a su situación de desempleo.

Puntualizaciones aparte, el caso es que en España la universidad sale "barata" en relación al resto de Europa porque está financiada por el Estado. Es decir, que los impuestos de los ciudadanos españoles pagan la formación de esos "jóvenes cualificados" que luego se van a ir a trabajar a Alemania.

No es tonta la Merkel, no: que la formación la pague España y las empresas alemanas se quedan con la productividad.

No tengo ni idea de lo que cobra, por ejemplo, un ingeniero alemán, pero seguro que más que un ingeniero español y más todavía que un ingeniero de un país del Este. Mi pregunta es: ¿un ingeniero español o del Este en Alemania va a cobrar lo mismo que un ingeniero alemán? Probablemente no. Así que encima de jóvenes cualificados, serán mano de obra barata. O por lo menos más barata que la nacional.

Pero no nos engañemos, eso ocurre en todas partes. Los movimientos migratorios en el primer mundo son básicamente por motivos económicos. De hecho, en el mismo artículo de El País se cita a Tanja Schuman, portavoz de la Asociación de Ingenieros Alemanes, quien afirma que "Unos 53.000 ingenieros se licencian al año en Alemania y se jubilan otros 50.000. En teoría esto supone un equilibrio, pero no lo es porque no todos los que se licencian se quedan en Alemania y se ponen a trabajar".

¿Y a dónde van esos ingenieros alemanes que no se quedan en Alemania? Pues, por ejemplo, a Suiza, donde los sueldos y las condiciones laborales son aún mejor que en Alemania y encima se habla el mismo idioma. Y puedo afirmar esto porque vivo en Suiza y conozco a un montón de ingenieros alemanes que me lo han contado.

Vivir en un país extranjero no es fácil. Implica estar lejos de tu familia, de tus amigos, de tus costumbres, de las cosas con las que has crecido. Implica nostalgia e implica sentirse "lost in translation" infinitas veces. Implica trabajar por un sueldo mayor en un país en el que a menudo la vida es más cara y se pagan más impuestos, aunque no siempre es así.

Pero también implica un horario de trabajo razonable, a menudo una mejor calidad de vida (porque tienes tiempo para jugar con tus hijos después del trabajo y el sueldo te da para pagar un alquiler e irte de vacaciones a España sin agobios), aprender un idioma y una cultura nuevos y pasar por la experiencia de vivir en el extranjero, que siempre supone abrir la mente.

Eso de "como en España no se vive en ninguna parte" ha dejado de ser cierto, por lo menos en un sentido positivo. Sí, en España el sol brilla más a menudo, se come mejor, se va más de fiesta y la gente es más alegre. Pero estamos hablando de trabajar, no de tomar el sol, ni de disfrutar de la gastronomía, ni de irnos de fiesta, ni de socializar. Todo eso lo hacemos en nuestro tiempo libre. Estamos hablando de tener un trabajo con un sueldo que nos permita disfrutar de nuestro tiempo de ocio. De trabajar para vivir, no de vivir para trabajar. Y eso, en España, hoy en día, ya no es tan posible.

No es posible que una amiga mía, con idiomas, con una licenciatura en Periodismo y un postgrado, no llegue a mileurista coordinando ella solita una conocida revista. No es posible que un diseñador gráfico que harto de cobrar un sueldo mísero quiera establecerse como freelance y antes de tener un solo cliente ya tenga que pagar autónomos y otros impuestos. No es posible que un piloto tenga que emigrar porque la compañía en la que trabajaba ha sido adquirida por un lobby de empresarios al precio simbólico de un euro, han cobrado todas las subvenciones autonómicas, estatales y algunas europeas, han echado a 2.000 personas y no han invertido en la compañía ni la mitad de lo que prometieron. Por cierto, los altos cargos del Gobierno (y supongo que también esos empresarios que han invertido en la compañía) vuelan gratis en esa línea aérea. Y como éstas, tantas otras cosas que no son posibles.

Huelga decir que no estoy hablando de que sea culpa del color del Gobierno porque rojo, azul, verde, amarillo o naranja, nacional o autónomo, regional o local, parece que todos miran por su interés (personal, no colectivo) y han perdido la vocación de servicio a la gente que les vota, salvo contadas excepciones. Pero no me gusta hablar de política.

Así que volviendo al tema de este post, quiero añadir que vivir en otro país no siempre es fácil, aunque como experiencia vital lo recomiendo a todo el mundo. Pero seguro que la mayoría de los que se van regresarían a sus países de origen si pudiesen trabajar por un sueldo digno y una jornada laboral limitada a ocho horas (porque no por vivir en la oficina haces mejor tu trabajo ni eres más productivo). ¿Y cuánto es un sueldo digno? Pues por ejemplo, uno que en el caso de que tu pareja se quede sin trabajo, te permita no tener que vender la casa.

PD: A quien pueda interesar: aunque aparentemente lo exijan, el alemán no es un requisito para trabajar como ingeniero en Alemania ni en Suiza, puesto que la mayoría de industrias de ingeniería son multinacionales cuya lengua vehicular es el inglés. Así que con tener un buen nivel de inglés es suficiente. A menudo la misma empresa paga las clases de alemán.

martes, 25 de enero de 2011

Nacionalismos

No es mío, pero lo suscribo:

"Please remember:
Nationalism is a lie, told to create conflict without reason, and unity without purpose.
Thank you for your attention".

"Territory", Still from animated short film, 2002
Clients: onedotxero/channel 4
Sweden Graphics.
(www.swedengraphics.com)

martes, 18 de enero de 2011

Derechos de autor (o trabajar por amor al arte)

Todos trabajamos para ganarnos la vida. Todos dependemos de un sueldo para vivir. Nadie trabaja por amor al arte, o por lo menos no exclusivamente por ese motivo.

Los escritores no tienen sueldo, la mayoría ni siquiera viven de ello. Tampoco los cantantes, ni los poetas, ni los actores, ni los guionistas. Ni la mayoría de tantos otros trabajos de los llamados "creativos": pintores, escultores, artistas gráficos, videoartistas, etc. El "sueldo" de cualquiera de ellos, mejor dicho, el sueldo de los más afortunados, es un fijo por obra terminada y vendida y un variable: los ingresos por derechos de autor.

Igual que un comercial, vamos. O igual que cualquiera que trabaje por objetivos. Una parte fija (que no mensual) y una parte variable. Nada de nóminas ni pagas extra en julio ni en Navidad.

¿Alguien sabe lo que cobra un autor novel por una novela, suponiendo que ésta llegue a publicarse? Entre 1.300 y 3.000 euros. Brutos, por supuesto. A eso hay que descontar el porcentaje que se queda el agente literario (que se merece su sueldo porque ahorra muchos sinsabores al escritor) y los impuestos. Esto sería el fijo.

¿Y alguien tiene una ligera idea de cuánto se tarda en escribir una novela? Pues como mínimo, dos años. Y eso, una novela de unas 250 páginas. Cuanto más tarde en escribirla, menos rentable le sale al autor. La única esperanza de rentabilidad –si la editorial quiere promocionar al autor por el motivo que sea o si el boca-oreja funciona a las mil maravillas y la novela se vende como rosquillas– es cobrar los derechos de autor. El variable.

Por supuesto los autores consagrados cobran mucho más, pero ¿acaso no se lo han ganado? Igual que no todos los futbolistas son Leo Messi ni todos cobran lo que Cristiano Ronaldo, hay escritores, pintores, escultores, artistas gráficos, actores que pueden vivir de ello y otros que no. Y con esto no quiero quitar mérito al trabajo de nadie porque cada uno se intenta ganar la vida como buenamente puede o quiere.

Y escribir, como pintar, como esculpir, como actuar, en un país en el que la cultura está subestimada, no es más que una manera de ganarse la vida. Porque no sólo se escribe, pinta, esculpe o actúa por amor al arte.

viernes, 14 de enero de 2011

Más sobre e-books

Más sobre e-books

Con la lluvia de tabletas que se avecina, alguien debería dejar claro que el ebook no debería limitarse a ser una "versión digital del libro en soporte papel".

Las posibilidades de un libro electrónico son casi infinitas: links, vídeos, ampliación de información online, interactividad, etc. Creo que ni siquiera somos capaces de imaginar lo que se puede llegar a hacer o lo que está por llegar. ¿Imagináis leer un libro pasando las páginas como Tom Cruise pasaba pantallas en aquella infame película titulada "Minority Report"?

¿Será por puro desconocimiento o por falta de imaginación que los editores españoles están rechazando (o mejor dicho, retrasando) la llegada de lo inevitable, en lugar de pensar en cómo navegar en aguas inexploradas?

No sé si me explico pero pongo un ejemplo: la versión digital de una novela en soporte papel puede ser mucho más completa y atractiva que ésta, del mismo modo que a los DVD se les añade el "making of" y muchos otros extras para venderlos tras el estreno de la peli en cines. (Obviamente también se pueden crear novelas exclusivamente para soporte digital, aunque seguro que al decir esto no estoy descubriendo nada nuevo).

Claro que la lluvia de tabletas es sólo el principio. Sigo confiando en la aparición de un superdispositivo multifuncional con cargador universal (o que se cargue con algo así como los biorritmos) que aligere el peso de mi bolso. Y con un software que se actualice a través de algo parecido a una iTunes Store en lugar de tener que pagar una fortuna cada vez que Adobe decide sacar una nueva Creative Suite. Y con usabilidad óptima y universal, así no habría que pelearse con el manual de instrucciones cuando cambiamos de marca de aparato.

Pero todo esto, aparte de ser ciencia ficción, daría para muchos otros posts.

martes, 11 de enero de 2011

La ley antitabaco

ESCOJO utilizar el bus o el coche, aunque sé que el humo de su escape me perjudica. Escojo beber alcohol, pese a ser consciente de que puede ser nocivo.

NO ESCOJO fumar el cigarrillo de otros. La voluntad marca la diferencia. La libertad de un fumador termina donde comienza la mía.

Señores fumadores, no la emprendan contra quienes no fumamos, sino contra las compañías tabaqueras que les han convertido en adictos. Ustedes no son verdugos, sino víctimas.

jueves, 6 de enero de 2011

Bienvenido Mr Ebook (¿traerá el equilibrio al abarrotado mundo editorial?)

¿Todas las películas que se filman acaban en una pantalla de cine? No, muchas van directamente al circuito de vídeo.

¿Todas las canciones que se componen terminan en un álbum? No, las hay que terminan exclusivamente en internet o como jingles de anuncios.

Entonces, ¿por qué todos los libros tienen que imprimirse? ¿No sería mejor que algunos se queden en libros electrónicos y sólo los que realmente merecen la pena se impriman y estén a su vez, por supuesto, disponibles en versión digital?

¿Acaso los amantes de la música han dejado de comprar CDs desde que existe la Red? No, compran los álbumes que realmente merecen la pena y el resto se los descargan de iTunes -porque en mi mundo ideal la gente paga, aunque sea una cantidad simbólica, por disfrutar de los frutos del trabajo de otros.

Personalmente no voy a dejar de comprar libros, pero algunos los tendré en soporte electrónico y en soporte papel y otros sólo en su versión digital.

Llamadme romántic@, pero me gusta tener libros en las estanterías de mi casa y adoro las bibliotecas.